Mi gran compañero de viaje este último tiempo, en que he empezado a viajar en coche a mi trabajo, a los casi 40 años, es el Podcast de Freakonomics Radio. En dicha radio, que tiene una emisión semanal, los autores del célebre Best Seller Freakonomics, Stephen J. Dubner y Steven Levitt, exploran el lado escondido de todo, para ponerlo en sus palabras. En el capítulo del pasado 4 de junio, llamado «¿Debemos comportarnos como los economistas dicen que lo hacemos?» , y que lamentablemente se encuentra sólo disponible en inglés, los autores entrevistan al economista del comportamiento Richard Thaler, quien habla del comportamiento del Homo Economicus, que es básicamente una criatura mítica que encarna en su accionar diario el pensamiento económico clásico. Así, este personaje no tiene corazón ni cerebro, sino una sencilla fórmula que maximiza utilidades, sin tener en cuenta las pasiones, las emociones, ni otras variables que el homo economicus desprecia. En el capítulo hacen algunos trabajos de campo, como subir al metro y preguntarle a cada pasajero cuánto dinero aceptaría por ceder el asiento, y cosas por el estilo, con respuestas hilarantes, por cierto.
El capítulo es muy entretenido, más allá de mi actividad de fundraiser, pero quiero solamente traer aquí una reflexión sobre el comportamiento filantrópico del Homo Economicus. Un ser que sólo puede calcular riesgos para maximizar utilidades no podría donar, porque la filantropía va contra esa fórmula. Es prácticamente imposible que mediante un cálculo matemático uno pueda estimar el retorno que tiene una donación para uno mismo. Sin embargo, millones y millones de persones en todo el mundo donan tiempo, dinero y talentos a diferentes obras de caridad, o causas sociales, sin siquiera pretender un retorno. En el Podcast juegan con la idea de oir música gratis de un músico callejero, y negarse a pagarle, porque después de todo, la música «está ocurriendo» y nadie nos puede impedir escucharla. Cuando le preguntan al músico, éste dice que la gente que le da lo hace por amor e inspiración. y son los mismos motivos por los que una persona da dinero a caridad.
Entonces, ¿cómo se explica el comportamiento filantrópico desde le perspectiva del Homo Economicus?
Yo digo que el Homo Economicus no existe en realidad, y este mundo no podría funcionar si todos fueramos así. ¿Tú que dices? Por cierto, si entiendes algo de inglés, el capítulo es muy entretenido.