Hace pocos días Victoria López Lazzari publicó en este mismo Club una nota sobre el uso de #ElVestido para concientizar a la gente sobre la violencia de género, en una campaña a cargo del Ejército de Salvación de Sudáfrica. La nota se titulaba ¿Por qué es tan difícil verlo azul y negro?, y mostraba una mujer con signos de violencia física, vistiendo el mentado vestido. El objetivo de la campaña era aprovechar la increíble difusión que tuvo la foto del vestido para crear conciencia acerca de la violencia hacia las mujeres, en ocasión, a propósito, del Día Internacional de la Mujer.
A simple vista, y sin pensarlo demasiado, las reacciones son: ¡genial!, ¡maravilloso! ¡qué sentido de la oportunidad! ¡Esa sí que es una organización ágil para aprovechar los temas de los que se habla!
Si hasta parece que hubieran leído el consejo número 6 de nuestra nota 9 prácticas esenciales para difundir contenidos en redes sociales.
Pero, como suele pasar, no todo lo que brilla es oro, y las críticas a esta campaña no tardaron en llegar. Días atrás Tom Megginson publicó en el portal de campañas de bien público OSOCIO una nota diciendo que fue una mala idea usar la foto del vestido para ese fin. ¿Y por qué dijo eso?
El principal motivo por el que se cuestiona el aprovechamiento de este fenómeno viral es porque esta acción es netamete viral y de difusión, y la temática de la violencia contra las mujeres es demasiado compleja para atacar solamente con difusión. La concientización es una parte de la solución, pero una temática tan compleja demanda soluciones más de fondo, como un analisis serio acerca de porqué caemos como sociedad en esta terrible práctica, que trasciende fronteras nacionales, culturas y clases sociales. El argumento de Megginson, como creativo publicitario, es que este tipo de acciones son más beneficiosas para la agencia que tuvo la idea que para la organización, o la causa. De hecho, pocos recuerdan que fue el Ejército de Salvación de Sudáfrica quien publicó esta foto. Y en tal sentido es energía mal gastada. La oportunidad de esta organización de hacer algo viral y espectacular pasó con esta acción. Es difícil que vuelvan a lograr lo mismo en poco tiempo, y se desaprovechó la oportunidad.
La nota de Megginson continúa argumentando que la campaña fue, en efecto, poderosa. Pero, ¿donde radicó ese poder? ¿Una hermosa modelo golpeada y llena de moretones? Esa yuxtaposición entre erotismo y violencia es una historia conocida, y en definitiva, lejos de combatir, refuerza el argumento de la mujer como objeto sexual.
Pero está bien, concluye el autor de la nota, la campaña logró tu atención. Ahora, es momento de que además de retweetear y compartir en redes sociales, te informes sobre el verdadero problema y colabores con alguna entidad en tu ciudad o país que trabaje en esta temática.
En tu opinión, ¿es innecesariamente duro el argumento de Osocio?