Crónicas de Fundraising desde Italia durante Covid-19

Publicada por Simona Biancu en el Blog 101Fundraising. 18 de marzo 2020

Estoy escribiendo este blog justo en el medio de una de las situaciones más extrañas e impredecibles que he enfrentado. De hecho, sin duda la más extraña e impredecible, hasta hace un par de semanas.

Creo que ninguno de nosotros, y hablo por mis conciudadanos en Italia, pero en general por los europeos, hemos imaginado remotamente tener que quedarnos en casa, ver tiendas y bares cerrados (desde el 11 de marzo en Italia cerraron todos los negocios, excepto aquellos que venden artículos de primera necesidad, como comestibles y farmacias), no poder juntarnos con otras personas, no poder salir de nuestro área de residencia e incluso no poder movernos dentro de este área, tener que considerar hacer viajes solo por razones necesarias. Sin embargo, estamos aquí, en este momento extraño, surrealista y alienante. Tratando de hacer nuestra parte para detener el virus y con la esperanza de que la situación cambie para mejor.

Fontana di Trevi – Roma

En estos días extraños estoy recuperando una dimensión sedentaria que generalmente no me pertenece y que, por supuesto, tuve que hacer mía. Trabajo remotamente aplicando todas las reglas relacionadas con el trabajo inteligente al pie de la letra. Afortunadamente, el mío es un trabajo que en casos como estos se puede hacer de forma remota.

No siempre es fácil, por supuesto que extraño a mis clientes, colegas y personas en general, pero trato de sacar lo bueno de permanecer por un tiempo en el mismo lugar.

Por lo tanto, observo el mundo, incluído el profesional, desde mi oficina (que está 2 pisos por encima del apartamento donde vivo, otra gran suerte), y aprovecho los ritmos más lentos para compartir con ustedes lo que veo que sucede en el fundraising en Italia…

El poder de los no profesionales

La generosidad es algo de lo que hablamos a diario en nuestros llamamientos dirigidos a la solidaridad, el sentido de comunidad, para cuidar a las personas y los lugares. Pero en las últimas semanas, hay momentos en que ni siquiera se necesita hablar, porque la acción llega antes.

Hay muchas iniciativas que se han promovido en los últimos días en toda Italia.

Los promotores son, en un gran número de casos, personas que no tienen nada que ver con fundraising, al menos no profesionalmente. Tal vez nunca hayan oído hablar de él, pero ante las situaciones complejas y complicadas que los hospitales italianos están experimentando debido a la cantidad de personas que necesitan cuidados intensivos, se han vuelto activos. Desde cero, literalmente, comenzando con iniciativas espontáneas de recaudación de fondos a partir de la propia red relacional con pequeñas donaciones, pero no exclusivamente. Solo mencionaría un ejemplo que me toca de cerca: una iniciativa que comenzó hace un par de días en apoyo del hospital local: vivo en una ciudad que tiene alrededor de 100,000 habitantes. En solo unas pocas horas, alcanzaron casi 20,000 euros recaudados, con donaciones promedio iniciales de 10 euros que, gradualmente, han aumentado. Nunca había sucedido antes en la ciudad. Y no es la única iniciativa local.

Como profesionales, el equipo de ENGAGEDin se ha puesto a disposición de manera pro bono para cualquiera que desee lanzar iniciativas, coordinando con las necesidades relevadas de la administración del hospital, para no crear solapamientos y dificultades adicionales para quienes que ya se encuentran en una situación crítica.

Por lo tanto, estaba pensando en los últimos meses en Italia, cuando parecía que el debate político, la comunicación y la situación en general se concentraban en un mal humor general, una especie de pérdida de vínculos mutuos y sentido de comunidad. En cambio, algo (Covid-19) sucedió y nos hizo a todos encontrarnos en el mismo barco, devolviéndonos la sensación de un destino común y el deseo de ser (y sentir) parte de él, recordándonos a cada uno de nosotros que existen enfoques y diferencias, pero no es lo que nos define primero.

Hablando como una profesional de recaudación de fondos, estoy acostumbrada a buscar lo que mantiene unidas a las organizaciones: sus valores, una visión común, una dirección compartida, para identificar posibles estrategias de desarrollo.

La situación actual destaca que pensar en lo que nos mantiene unidos en lugar de lo que nos hace diferentes es algo «natural». Esto no significa que debamos olvidar las diferencias, pero más precisamente, durante las dificultades, como seres humanos podemos redefinir una especie de orden natural de prioridades.

Acabo de mencionar un solo ejemplo: hay muchos otros casos de voluntariado cívico y profesional, donaciones en especie: todos (los italianos) hemos leído sobre una señora que hacía cola en una pizzería (antes de que se cerraran en todo el país debido a las leyes recientes), que había oído hablar de una orden de pizzas para los médicos del hospital local (que trabajan turnos agotadores y a menudo ni siquiera pueden tomar descansos decentes) y se ofreció a pagarle la orden de pizzas a todos, solo para agradecerles por lo que ellos están haciendo.

Nos estamos dando cuenta de cuan necesario es cada uno de nosotros para los demás. Y que la generosidad «Dar» para recuperar una palabra de nuestro trabajo diario como fundraisers – es una parte esencial de la vida de todos. Incluso cuando no le prestamos atención.

Sencillez

Hay otro elemento de estas iniciativas que me llama la atención, y es algo con lo que me mido cada vez que trabajo con organizaciones en campañas de recaudación de fondos: mantener las cosas simples.

Hace algún tiempo leí una oración (que desde entonces menciono a menudo en los cursos que doy) que habla sobre la llamada «maldición del conocimiento», o esa tendencia a complicar las cosas: apelaciones, flujo de trabajo, ciclos de gestión y etc, típico de aquellos que poseen experiencia y técnica en un área determinada.

En este caso me refiero al fundraising y a los fundraisers, por supuesto.

Leo los llamamientos y las iniciativas planteadas en estos días y estoy impresionada por su simplicidad desarmadora. Hablan con el corazón, inspirados exclusivamente por el deseo de hacer algo, ser útiles. Estar allí para apoyar. Me pregunto, entonces: ¿cómo encontrar la medida correcta para mantener las cosas simples, incluso una vez que hayamos vuelto a la vida cotidiana?

Porque más allá de la emergencia, que es una situación en la que uno está naturalmente más inclinado a ser sensible al comportamiento pro-donar, tal vez deberíamos eliminar la complejidad, en lugar de agregar. Deberíamos tratar de enfocar nuestros pensamientos en lo que nos induce a «movernos», ponernos más en la piel de los donantes. No es fácil, cuando el enfoque profesional es la estrategia y observar el panorama general, pero debemos intentarlo.

La iniciativa única, “one-off”, funciona, pero para que la recaudación de fondos desarrolle su potencial se requiere profesionalismo. Además, es necesario que las características y técnicas profesionales se combinen con la capacidad de leer situaciones y «hacerlas legibles» a nuestros simpatizantes y potenciales donantes.

Las emociones, sin duda, son sentimientos primarios. Deberíamos tratar de recordarlo, siempre. Dos consideraciones finales desde mi perspectiva como consultora, que también son perfectamente adecuadas para un fundraiser.

Storytelling

Lo que he hecho en las últimas dos semanas es una revisión (casi) integral de los planes y estrategias desarrollados hace unos meses con las organizaciones con las que trabajo.

Las acciones basadas, por ejemplo, en el canal de recaudación de fondos corporativo requieren, dada la situación, una redefinición. Es necesario planificar nuevamente las actividades a partir de una evaluación diferente: las empresas están sufriendo y la situación empeorará en los próximos meses porque, es inútil ocultarlo, el impacto económico de esta situación de parada forzada será difícil (es difícil) para todos. Y es impensable pensar en las estrategias corporativas de recaudación de fondos como si nada hubiera pasado.

Lo mismo ocurre con el fundraising con individuos, aunque con un enfoque diferente. Ahora que la atención parece centrarse por completo en el apoyo a los hospitales, ¿cómo recaudar fondos para causas distintas a las relacionadas con Covid-19? Estoy experimentando diferentes enfoques para las actividades de recaudación de fondos con las organizaciones con las que trabajo, y los resultados son alentadores. El coronavirus tiene un impacto en todos, es necesario contarlo y decir lo que significa, por ejemplo, para las personas con discapacidad que asisten a centros de día, que no pueden tratar con educadores y compañeros de clase; o lo que significa para las comunidades que acogen a niños que viven violencia familiar y abuso, que no pueden asistir a la escuela, no pueden salir y tener la posibilidad de vivir esta situación de manera cuidada, manejada por los cuidadores.

Volvamos a una de las piedras angulares de la recaudación de fondos: el compromiso basado en la narración de lo que les sucede a aquellos que se ven afectados por una determinada situación.

En este punto, estoy trabajando mucho en este tema, quiero decir en engagement – involucramiento, especialmente en línea (mi agradecimiento eterno va a Tim Berners Lee por el gran regalo de Internet): un análisis preciso e identificación de los simpatizantes de una causa para buscar nuevas audiencias, una narración detrás de escena para atraer a las personas a organizaciones, aunque sea virtualmente, es el trabajo preparatorio para la recaudación de fondos que a menudo permanece en un segundo plano, en la vida ordinaria, aplastado por el lado operativo de las campañas.

Este es el momento adecuado para «presionar» sobre este tema, para trabajar «bien», para ponerse en las mejores condiciones para el futuro.

Flexibilidad

Esto lleva a la última consideración, sobre un talento que considero entre los activos necesarios para los fundraisers; de hecho, diría que es necesario para cualquiera: flexibilidad. Hablamos mucho al respecto, pero la práctica a menudo es algo completamente diferente.

Porque ser flexible requiere, en primer lugar, estar en situaciones, conocerlas a fondo y saber cómo interpretarlas. Sin estos elementos, se convierte en un mero ejercicio teórico que rara vez produce resultados.

Ser flexible, por lo tanto, significa leer y saber releer la realidad y, como consecuencia, adaptar las herramientas y los vehículos para gestionarla, redefiniendo las prioridades teniendo en cuenta el objetivo.

Esta es una de las lecciones más importantes de este período: para ejercer esta profesión, debemos mantener la barra recta hacia la meta y, al mismo tiempo, poder cambiar el camino para alcanzarla.

Sobre la autora Simona Biancu

Simona es consultora y trainer de filantropía estratégica y de recaudación de fondos, fundadora y socia de ENGAGEDin, una firma de consultoría que trabaja internacionalmente en recaudación de fondos y filantropía estratégica. Obtuvo un Máster de postgrado en Recaudación de fondos en la Università di Bologna y completó su formación asistiendo a varios cursos en toda Europa. Con una experiencia de 10 años en estrategias de recaudación de fondos, grandes donaciones, recaudación de fondos individuales y corporativos, filantropía estratégica con fideicomisos y fundaciones, legados, desarrollo de juntas, trabaja con organizaciones benéficas tanto en Italia, donde actualmente vive, como en el extranjero. Miembro de la Asociación Italiana de Recaudadores de Fondos (ASSIF) y AFP (Asociación de profesionales de recaudación de fondos – Estados Unidos), tiene muchas experiencias como miembro de la Junta de organizaciones italianas e internacionales. Simona es coautora del blog «Bienvenido a bordo», centrado en las experiencias de consultoría con el desarrollo y la gobernanza sin fines de lucro.

101fundraising es un blog de crowdsourcing sobre recaudación de fondos, escrito por fundraisers para fundraisers. Los blogueros de todo el mundo aportan su mejor conocimiento sobre recaudación de fondos, cubriendo la recaudación de fondos y más allá. Reinier Spruit y Jeroen Beelen fundaron 101fundraising en 2006. Con los años, el equipo voluntario se ha expandido con Sarah Clifton, Marjolein van de Paverd, Victor van de Veen, Elsbeth Takkenberg y Rebecca Davies. En enero de 2017, se entregó 101fundraising a Resource Alliance.

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