En medio de una estación de subte (así se llama al subterráneo en Buenos Aires) en la que se combinan tres líneas, en medio de la corrida que supone un día hábil en la alocada capital, hay una casa.
Sus alfombras, almohadores y otros detalles delatan que no es una casa porteña. Es un hogar sirio, uno en el que podría vivir una familia como la propia. El paseante curioso entra, se ubica frente a la ventana a mirar lo que esa família vería en un día cualquiera. Quizás se distrae en un detalle, una foto de familia, pero un ruido lo saca de su distracción: una bomba acaba de explotar frente a sus ojos. La ve por la ventana, ve el humo, siente el temblor.
La casa siria es una intervención que Amnistía Internacional hizo en la Galería Obelisco Norte, en la estación Carlos Pellegrini de la línea B (combinación con líneas C y D). Por medio de un sensor de movimiento,el video en la ventana se activa cuando un visitante se para frente a ella. La esperiencia es movilizante.
La actividad se enmarca en la campaña de Amnistía Internacional “Te doy la Bienvenida”, que busca dar a conocer la realidad de las personas refugiadas para que se protejan sus derechos.
Integrantes de la organización realizan una campaña face to face para concientizar sobre esta problemática que ya suma 60 millones de refugiados y desplazados en el mundo.
Este hogar sirio podría ser el de cualquier familia de las que debieron huir (más de la mitad de la población de ese país ya lo hizo).
La casa estará abierta d elunes a viernes de 10 a 18, hasta el 27 de septiembre.
Sin dudas, una intervención movilizante, con un mensaje claro, en un lugar estratégico.