A fines de septiembre se realizó en Buenos Aires el tercer festival de AEDROS 10 x 10, en el que diez exponentes del mundo fundraiser compartieron experiencias inspiradoras.
AEDROS es la Asociación de Ejecutivos en Desarrollo de Recursos para Organizaciones Sociales (AEDROS), una institución civil argentina que atiende aspectos de la actividad profesional del desarrollo de fondos para organizaciones sociales, la práctica responsable de la filantropía y el trabajo voluntario.
La sala en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas se llenó de gente y de ideas. Cerca de doscientos fundraisers se fueron acomodando para escuchar las ponencias de las figuras, seleccionadas por la Comisión de Capacitación de AEDROS.
Lázaro Maisler, de Don Orione, abrió el encuentro con una bienvenida al auditorio como Presidente de la organización, y dio pie a Itatí Cabral, de Vivienda Digna, quien contó paso a paso cómo fue la experiencia de cambiar el nombre y la imagen de la organización, sus costos y beneficios.
Verónica Di Carlo compartió el caso de Aldeas Infantiles SOS, con el acento puesto en las métricas y la importancia de medirlo todo para saber si una campaña funciona o no.
Ariel Ber, de Agilar, no disertó desde la tarima, sino al nivel de los asistentes al encuentro. Sus conceptos de SCRUM aplicados a las ONGs sorprendieron a más de uno por su mezcla de eficiencia y simpleza. La importancia de establecer normas claras antes de empezar a trabajar, las reuniones frecuentes –aunque breves- el error y las disculpas como componentes diarios de una interacción sana, fueron algunas de las ideas que quedaron flotando en el aire.
Javier Siedlecki es un cuentero, y desde Yotecuento ayuda a quienes quieren usar el poder de las historias para potenciar sus organizaciones, motivar donantes y voluntarios, y transmitir emociones, que son las que pesan a la hora de tomar decisiones. Y eso hizo.
Taira Peña, todo un personaje, le puso glamour al encuentro y habló de los pros y las contras de contratar a un famoso para una campaña. Principios en común, accesibilidad, mutuo acuerdo… Hay mucho para pensar al cerrar una alianza.
Antes del cierre de la mañana, todos juntos en el panel coordinado por Norma Galafassi contestaron las preguntas que el público había ido anotando (bastante incisivas, por cierto).
Luego del almuerzo, la Hermana María del Milagro, con su tono tranquilo y su timidez, dio vuelta al auditorio con las cifras siderales que fue capaz de conseguir para el Sanatorio Mater Dei. Un vendaval que despeinó a los concurrentes, tal como había hecho previamente con las hermanas de su propia congregación.
Juan Lapetini, de Huerta Niño, Valeria Lieste y Diego Ferrari contaron su propia historia de donación a una causa, y su compromiso posterior. Donantes y causa en primera persona, y en la misma charla.
Victoria Gamboa habló desde las entrañas, porque lo que mueve a donar no es la cabeza, sino el corazón. Su ponencia obligó a todos y cada uno aponer el foco en las emociones para generar cambios positivos.
Y dando vuelta la página de tanta emoción, un baño de realidad de la mano de Juan David Vargas -de Poliarquía– y la genial Tati Fonseca, quienes, con muchas cifras y mediciones, mostraron sin grietas el análisis del caso Donar Ayuda y los cambios en las conductas de donación de la sociedad argentina, del impulso de los alimentos no perecederos a la donación mensual de dinero.
El cierre, a sala llena, fue de Beatriz Pellizzari, una titana del fundraising. Apoyada en su intachable trayectoria de trabajo mostró cómo se puede –y se debe- ir cambiando y aggiornándose a un mundo que no se queda quieto.
Nuevamente el panel, y un público que siempre se sintió como en casa, porque esa fue la tónica del encuentro: calidez por sobre erudición.
El cierre estuvo a cargo de Mariela Becker, también de AEDROS, a sala llena y puros aplausos.
Sin dudas, AEDROS montó por tercera vez un festival que puso sobre la tarima muchas de las tendencias actuales en captación de fondos, y resultó la excusa perfecta para encontrarse o reencontrarse con los exponentes del fundraising local.