Mientras estaba en el Congreso de la AEFR en Madrid, al que fui invitado como ponente en la conferencia plenaria, entrevisté a Javier Ruiz, Presidente de la Asociación Española de Fundraising.
Javier, el mercado español del fundraising es uno de los más sofisticados de habla hispana. ¿Cómo viste el Congreso? ¿Cuánta gente vino?
El Congreso ha ido muy bien. De asistencia hemos superado todas las expectativas. Habíamos previsto doscientas cuarenta personas, pero hemos tenido que colgar el cartel de “vacantes agotadas” hace algunos días, y ya nos estamos planteando para los próximos años cómo ampliar el aforo, los sitios para poder recibir a más gente. Lo bueno es que estamos viendo una creciente demanda no sólo del sector social y de cooperación, sino también del de investigación científica, arte y cultura. Todos ellos se están viendo abocados al fundraising privado ante el recorte de lo público. Se nos han acercado fundaciones pequeñas y medianas están empezando a captar fondos en nuevos sectores de actividad. Los comentarios que estoy recogiendo sobre los talleres y las ponencias plenarias son muy positivos.
¿Cuál es tu impresión sobre la filantropía en este momento de crisis en España?
La verdad… somos optimistas en este punto. Hace dos días, iniciando las Masterclasses del Congreso, tuvimos un desayuno de Prensa para presentar los resultados de un estudio de realidad del socio. Nos hemos reunido tres organizaciones que representamos 3,2 millones de socios regulares y, en lugar de hacer un estudio de mercado y luego extrapolar resultados sobre una muestra estadísticamente significativa, hemos cogido datos reales, los hemos volcado y nos han ayudado a analizarlos. Lo que encontramos es que a pesar de que la financiación pública ha ido cayendo desde 2011, el ciudadano, el fundraiser privado, ha aguantado el tirón en esos años de crisis, y ya capta el 36% de los ingresos. Seguimos teniendo un 19% de población española donante que en los últimos ocho años (cada dos años realizamos un estudio del donante español) no ha variado el nivel. Podemos decir que el fundraising privado, el ciudadano, ha aguantado el período de crisis. Las bajas se han compensado con nuevas altas y el mercado ha conseguido mantenerse. Para los próximos años esperamos que aumenten las deducciones fiscales que ha propuesto el gobierno -en 2015 sobre los primeros 150 Euros de donación se puede deducir la mitad-, y estamos peleando temas de IVA, Ley de Mecenazgo, y creando un entorno favorable de mercado que haga que estos porcentajes de población donante, este 19 %, se vaya acercando a otros parámetros europeos, al mercado americano. Yo creo que todavía tenemos mucho para seguir creciendo.
¿Y cómo es el camino para hacer crecer la filantropía?
Desde la Asociación Española de Fundraising hemos planteado un plan estratégico para los próximos dos años con la ayuda de una consultora. Hay cinco grupos de trabajo y uno es de temas de lobby, autorregulación del sector, advocacy, etc. Queremos abanderar desde la AFR todos los temas de lobby que tienen directamente que ver con el fundraising privado, en los que como AFR podamos tener un impacto. Por ejemplo, nos volcamos a temas de deducciones fiscales, cómo afecta la Ley de Blanqueo de Capitales, el tema de que estemos gravados con el 21% de IVA, que es un gasto que podríamos estar reinvirtiendo en campañas de captación. No vamos solos en este camino: nos unimos a la Asociación Española de Fundaciones, la Plataforma de Organizaciones de Acción Social –que es muy potente porque ahí está la Once, Cruz Roja, Caritas-. Vamos con otros organismos de la mano, pero sí queremos que la AFR juegue un papel fundamental al ofrecer a nuestros asociados una mejora del entorno competitivo y de las facilidades que se dan a la donación y a la filantropía en nuestro país.
Si hablamos del futuro del fundraising en Iberoamérica, ¿podemos pensar algunas sinergias entre las asociaciones de los países?
Tenemos la experiencia de agencias de fundraising, incluso pequeñitas, que abren en otras partes, como Face to Face de Valladolid, que está abriendo en Chile, o el grupo Daryl Upsall Consulting, intentando sentar las bases en la región de qué es lo que se puede hacer aquí. En las propias organizaciones –yo trabajo como Director de Marketing y Captación de Fondos en el plan internacional- estamos teniendo un grupo de trabajo con países de plan en la región, que están empezando captación de socios allí, como Ecuador y El Salvador que ya han conseguido sus mil primeros socios en ese país, sin necesidad de recibir fondos de afuera. Esto se repite en Brasil, República Dominicana, Colombia, que está siendo muy activa en captación de fondos. Estamos teniendo encuentros España-América, como el que tuvimos en Panamá, donde compartimos canales de captación que están funcionando, mejores prácticas que podemos aprender nosotros de allí y otros de aquí. Yo creo que esto que planteas debería ser un camino natural. Compartimos al menos el idioma en la mayoría de los países, y seguro que hay experiencias que pueden enriquecernos a ambos… Quizás tener congresos iberoamericanos donde podamos compartir o hacer coaching unos profesionales del fundraising a otros, un profesorado o acompañamiento de aquellas organizaciones que estén empezando fundraising privado en la región. También he visto que muchos de los anuncios de Unicef, Médicos sin Fronteras de apertura para puestos regionales se están llevando profesionales españoles.
Es un camino de doble vía que está empezando a poblarse, para bien de todos.