Hace poco más de un siglo, Ernest Shackleton planificaba una expedición a la Antártida. Necesitaba una tripulación muy especial, de modo que publicó este aviso:
«Se buscan hombres para un viaje peligroso, salario mínimo, frío espantoso, largos meses de absoluta oscuridad, peligro constante, dudoso regreso a salvo, honor y reconocimiento en caso de éxito. Ernest Shackleton. Calle Burlington 4. «
(Imagen: www.smithsonianmag.com)
Y cuentan que más de 5000 hombres se presentaron a solicitar el trabajo.
Algunos dicen que el aviso apareció en el diario The Times, pero jamás se encontró un original. Ficción o no, el pequeño texto es una clase magistral de motivación, que no apunta al dinero (de hecho, lo aclara) sino a algo absolutamente intangible: el honor y el reconocimiento.
Con aviso o sin él, el científico se fue a la Antártida con su grupo. Pero su barco, el Endurance, quedó atrapado en el hielo, se rompió y se hundió. Los expedicionarios estuvieron allí dos años, aislados en el continente blanco, pero regresaron con vida (y el prometido honor) gracias al liderazgo indiscutido de Shackleton.
Y ahora piensa cómo esto te sirve a ti. Cuando armes tu equipo de trabajo, ten en cuenta que la motivación es todo, y haz como Shackleton:
- Postea tu aviso en un medio (o red) al que acceda tu público objetivo.
- Sé claro. Sé sincero.
- Promete algo intangible pero real.
- Comprométete a cumplir tus promesas aunque todo salga mal.
- Sé el primero en hacer eso que exiges.
Y, si todo sale bien, es muy probable que no necesites estar dos años en la Antártida para lograr tus objetivos.