Facebook comenzó en 2004, YouTube en 2005, y Twitter en 2006. Por más de una década, las organizaciones de todo el mundo se sumaron a las redes sociales con la esperanza de recaudar fondos y generar un cambio social. El rápido auge de las redes y su proliferación en cada rincón del mundo será una de las características más definitorias de este siglo XXI. Hoy, sin embargo, las redes están atraviesan una transición a medida que la novedad se desvanece, y las tecnologías innovadoras tendrán un impacto igualmente profundo en el tercer sector.
Este es un buen momento para que las organizaciones hagan una pausa y reflexionen sobre el éxito de sus redes sociales y sus campañas basadas en tecnología hasta hoy, para determinar cómo pueden mejorar y, más aún, invertir en su futuro.
1) Caída en el alcance y la interacción en redes sociales
A lo largo de 2016, Facebook, Twitter e Instagram han sufrido una baja en su alcance e interacción. Los algoritmos, la gran cantidad de marcas, negocios y organizaciones usando las redes para darse a conocer, y los cada vez menos «Me gusta» y «Siguiendo» han disminuido el poder del «Gran árbol», a menos que tu organización tenga un presupuesto para promociones. La verdad es que la era gratuita terminó en las redes sociales y en 2017 seguirá la caída de la interacción, especialmente para organizaciones pequeñas y medianas. Para seguir teniendo resultados positivos en el «Gran árbol», tu organización deberá hacer una inversión en profesionales digitales, publicidad y herramientas de calidad.
2) El renacimiento del fundraising por e-mail
En respuesta a esta caída del alcance y la interacción en las redes sociales, en 2017 las organizaciones volverán a enfocar sus esfuerzos en la comunicación y fundraising por e-mail. Las redes fueron una sensación que distrajo a muchas organizaciones del uso del e-mail para atraer a sus donantes y seguidores, pero los datos más recientes revelan que fue un error. El 56% de los e-mails se abre en un dispositivo móvil (Litmus) y la actividad número 1 en celulares es leer e-mails, no jugar o chequear redes sociales. Además, los ingresos por e-mail crecieron un 25% en 2015, más que el 19% del ingreso general online (2016 M+R Benchmarks Study). En realidad, el e-mail está generando más donaciones online que nunca -definitivamente más que las redes sociales- y para 2019 el número total de cuentas de e-mail en el mundo crecerá de 4,35 a 5,59 mil millones (Radicati Group). El e-mail ni siquiera ha alcanzado su tope.
3) El surgimiento de los pagos digitales en las redes sociales
En Estados Unidos, las organizaciones pueden ahora aceptar pagos digitales a través de Facebook. Los donantes cargan y guardan los datos de su tarjeta una sola vez y cada donación hecha a través de Facebook requiere solamente dos clics. Esta herramienta se lanzó en Estados Unidos porque allí Facebook puede usar la GuideStar database para verificar el estatus legal de una organización, pero con el tiempo las donaciones a través de Facebook podrán hacerse desde cualquier lugar del mundo. Y como además es dueña de Instagram, probablemente se extienda a esa red la posibilidad de donar en línea. Twitter está trabajando en los $Cashtags. YouTube tiene tarjetas de donaciones. Snapchat tiene Snapcash. El dinero digital y las donaciones tal como las conocimos están en el precipicio de un cambio radical. Donar será más rápido y fácil, y se adaptará perfectamente a la naturaleza impulsiva de los usuarios de redes sociales.
4) Creciente adopción de aplicaciones de fundraising nuevas y mejoradas
Tal como ocurre con los pagos en redes sociales, Apple ha lanzado Apple Pay, Android tiene Android Pay, y Samsung tiene Samsung Pay. Conocidas al principio como billeteras móviles, los tres sistemas también tienen opciones de pagos en línea y apps internas. Una vez que el consumidor ingresa la información de su tarjeta de crédito a su billetera móvil de Apple, Android o Samsung, puede comprar productos o apps con apenas deslizar su dedo. Actualmente la tecnología no se usa para captación de fondos -solo para compras de consumidores- pero es una cuestión de tiempo que los técnicos del fundraising y los emprendedores sociales se junten para crear aplicaciones de fundraising sustentadas en billeteras móviles.
5) El sector social adopta la Internet de las cosas
Para 2020, más de 26 mil millones de cosas -autos, dispositivos, rutas- estarán conectadas a Internet (Gartner), y sin embargo la gran mayoría de las personas trabajando en organizaciones jamás escuchó hablar de la «Internet de las cosas». Eso cambiará en 2017 ya que la Internet de las cosas y su influencia comienza a conocerse en el sector social. Las organizaciones comenzarán a buscar la oportunidad de ayudar a los gobiernos y empresas a diseñar las ciudades inteligentes y sustentables del futuro. Trabajarán con los gigantes tecnológicos para descubrir formas de donar y comprometerse con organizaciones a través de aparatos, autos, carteles conectados a internet. En los próximos 5 años las organizaciones comenzarán a tener un rol activo en darle forma a la Internet de las cosas y se asegurarán de que la filantropía y el compromiso con el bienestar social estén presenten desde sus comienzos.
Este artículo es un extracto de la edición de octubre de AsianNGO Magazine.
- Ir a la nota original
- Traducción: Adaptación al español: Club de Fundraising