En el mundo de las organizaciones sin fines de lucro tenemos problemas con la terminología especializada. Nos encanta contarles a nuestros donantes sobre nuestros «enfoques multidisciplinarios» y a los donantes potenciales, acerca de las «investigaciones revisadas por pares (arbitraje)» -lo que valida la eficacia de nuestro programa.
Hablamos de “desarrollo de capacidades y de “partes interesadas”.
Promocionamos nuestro “empresariado social” y la cantidad de masters en trabajo social (MSW, por sus siglas en inglés), de trabajadores sociales clínicos con licencia (LCSW) y de trabajadores sociales con licencia (LSW) que están en nuestras organizaciones.
Confundimos y dejamos a nuestros donantes con los ojos en blanco con nuestra jerga corporativa y nuestras muletillas.
Y lo que logramos con nuestra terminología especializada es, lamentablemente, menos dinero y menos donantes para nuestros programas,porque lo cierto es que la terminología especializada perjudica la comunicación y, a su vez, nuestro fundraising.
Un buen punto de partida con un mal resultado
Generalmente, emplear una terminología especializada es un buen punto de partida. Creamos frases, tales como, “prácticas basadas en la evidencia” y “pensar con conciencia social” para sintetizar ideas que nos podría tomar mucho tiempo explicar. Y como nuestro personal y directorio conocen la terminología en uso, damos por sentado que nuestros donantes también… después de todo, ellos donan porque conocen la misión, ¿verdad?
Lamentablemente los donantes no entienden qué significa la terminología especializada, ni las siglas que utilizas… Y tal vez les da vergüenza preguntar qué significa, por ejemplo “enfoque holístico de la educación”.
Además, muchos de tus donantes trabajan en entornos corporativos donde son «bombardeados» con terminología especializada y en esos casos, generalmente, dejan que la jerga les entre por un oído y les salga por el otro. Ellos leen los e-mails y los boletines informativos por encima, filtrando la jerga y buscando lo realmente importante en la comunicación.
De modo que, cuando envías una carta de tu fundraising -llena de terminología de moda y siglas-, tus donantes pasan por encima esas frases y no les prestan atención. El resultado de esto es que tus donantes nunca se conectarán con la historia que estás compartiendo a través de los comunicados de fundraising y aportarán mucho menos a tu organización.
Más terminología especializada = menos dinero
¿Cómo saber si empleas mucha terminología especializada?
Aquí tienes un test simple y fácil de usar para comprobar si tu organización sin fines de lucro utiliza demasiada jerga en sus cartas de fundraising y en las comunicaciones con sus donantes.
Consigue a alguien que no conozca tu organización. Preséntale lo que hace tu organización en tres líneas generales. Luego entrégale la última carta que le hayas enviado a tu donante o el boletín informativo. Pídele que lo lea y que se detenga cada vez que encuentre una frase o palabra que no entienda. Si se detiene más de una vez para preguntar qué significa una palabra, frase o sigla, es probable que estés utilizando demasiada terminología especializada en las cartas de tu causa.
Recuerda que las comunicaciones con tus donantes no deben reflejar la escritura de un profesor de literatura de la escuela secundaria, sino que deben estar escritas a un nivel de lectura de sexto grado… y deben estar pensadas para conectarse emocionalmente y profundamente con sus lectores.
Nadie puede conectarse con frases, tales como: “experiencia multidisciplinaria” y, por lo tanto, cuando hablas del “equipo de doctores y de trabajadores sociales que salvan la vida de niños, todos los días”, es algo que todo el mundo debe entender.
- Autor: Joe Garecht
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- Fuente: http://www.thefundraisingauthority.com