Si bien mi trabajo se enfoca casi exclusivamente en ayudar a las organizaciones sociales a generar una transformación cultural, es sorprendente cuánta tranquilidad e información se puede encontrar en las leyes fundamentales de la física que aprendí en los primeros años de mis estudios de Ingeniería.
Es increíble lo bien que se aplican los lineamientos de la cultura organizacional a los cuatro principios básicos del vuelo.
Principio# 1: Los ladrillos no están diseñados para volar
Tenme paciencia mientras explico en pocas palabras las cuatro fuerzas necesarias para el vuelo.
- Peso. La fuerza de gravedad que actúa empujando algo hacia la tierra.
- Empuje. La fuerza que impulsa las cosas hacia adelante, en oposición directa a la resistencia.
- Resistencia. La fuerza que actúa en oposición al empuje, causada principalmente por la falta de flujo de aire y demasiada fricción.
- Sustentación. La fuerza que actúa en dirección ascendente, en oposición al peso, y permite el vuelo.
Cuando la sustentación y el empuje son más fuertes que el peso y la resistencia, el vuelo no sólo es posible, sino que es literalmente imposible de evitar. Por el contrario, cuando el peso y la resistencia son dominantes, es literalmente imposible despegarse del suelo (o permanecer en lo alto).
Me sorprende la cantidad de peso y resistencia que hay en algunas culturas en el sector de las organizaciones, y lo difícil que puede ser generar las fuerzas esenciales para el vuelo.
Principio# 2: Sujetar tus alas a un ladrillo no ayudará
Como piloto de una organización, tu trabajo es consiste en asegurar que las fuerzas de elevación y empuje sean siempre superiores a las de peso y resistencia. Cuando no lo sean, tu prerrogativa -y obligación- será cambiarlas.
Sin embargo millones de horas -literalmente- que podrían destinarse a hacer una diferencia en el mundo se aplican, en cambio, a la tarea ardua (e infructuosa) de fijar alas a un ladrillo, para decirlo con una metáfora, y forzando una cultura que se adapta mejor a la inercia que al vuelo.
Principio# 3: Muchas vidas dependen de tu habilidad para volar
En el caso de un piloto, la necesidad de superar las fuerzas de la gravedad y la resistencia es a la vez obvia e instintiva, porque existe una conexión directa y dramática entre causa y efecto: si un avión no vuela, muchas vidas corren riesgo.
Para los líderes del sector del impacto social la analogía es menos obvia, pero en muchos casos las consecuencias no son menores. La mayoría de nosotros tenemos la obligación moral de volar, porque muchas vidas dependen de cómo actuemos.
No podemos permitir que ningún individuo o grupo se interponga en el camino de nuestra obligación de cambiar esas vidas. Debe haber un impulso incansable y permanente para llegar a más gente y hacer más por esas personas.
Un impulso que no está definido por cuán lejos hayas llegado, sino por cuán lejos debas llegar.
Un impulso que no está restringido por la negatividad que incesantemente se cuela por entre tus limitaciones, sino que se refuerza en la visión de las personas a las que todavía debes alcanzar.
Principio#4: La altitud es un lujo con el que muchas veces no contarás
Todos nosotros nos enfrentamos a una pregunta simple pero profunda: ¿tenemos suficiente altitud o tiempo para volar sin problemas y contrarrestar las fuerzas de resistencia y peso? ¿O necesitamos más altura y empuje?
Tu equipo de trabajo, los jefes, la junta directiva y los socios de tu organización probablemente te apoyarán, sea que necesites superar las fuerzas de resistencia y peso durante los próximos años… o ahora mismo.
Principio# 5: Es hora de comenzar algunos proyectos piloto
El despegue no se da porque tengas una mayoría de personas que crean en o acepten el cambio que propones. Debes centrarte en el 10 o 15 % de personas influyentes (o evangelistas), y hacer que crean en -y se comprometan con- el cambio. El empuje no sucede repentinamente solo por enfocarte en mantener gente que pueda colaborar económicamente, sino que se trata de darles más poder a aquellos más influyentes a través de nuevos proyectos piloto en los que el cambio pueda ser probado.
Cuando esos proyectos sean exitosos, encontrarás -al igual que un avión- que el vuelo no solo es posible: es literalmente imposible de evitar.
Es hora de volar
Este es un momento crucial en las organizaciones de la sociedad civil y de impacto social. Un momento en que el éxito no es sólo necesario, sino que, en muchos sentidos, es la diferencia entre la vida y la muerte.
Me doy cuenta de que la analogía tiene sus defectos, pero puede ser útil para entender que hay fuerzas muy reales en juego, que hay una cuestión de altitud muy real que agrega la presión del tiempo en la ecuación, y que hay cosas muy tangibles que un «piloto» puede hacer.
Por cierto, para ti no hay paracaídas ni asiento expulsable en este escenario, así que ¡no preguntes!
- Autor: Bill Toliver
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- Fuente: 101 fundraising
- Traducción: Contenido adaptado por Club de Fundraising