Con el fin de recaudar fondos para tres nuevos proyectos de investigación, la fundación española CRIS contra el Cáncer organizó un concierto de música clásica en el Auditorio Nacional de Madrid, interpretado por la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid.
Lo importante era vender el mayor número de entradas y a la vez lanzar un mensaje a la sociedad.
La idea fue que la JORCAM interpretase la 9º Sinfonía de Beethoven en función de la respuesta del público. Cada compás de la partitura correspondía a una butaca del Auditorio (2.400 compases, 2.400 butacas), así cada entrada que quedase sin vender sería un compás que no se tocaría el día del concierto. Este día una butaca vacía, equivaldría a un silencio en la partitura de la 9ª Sinfonía de Beethoven. Si ese día alguien faltaba, su ausencia sí se notaría. ¿El resultado final? UN CONCIERTO ÚNICO.