Una vez más, Marcelo Iñarra -Director del Club- se subió a un avión para disertar sobre Fundraising en otras geografías. En esta ocasión le tocó un destino poco habitual: Europa del Este.
¿Qué te llevó a Bratislava, Eslovaquia?
Fui porque me invitaron Eduard Marcek y Katarina Bartovicova para ser orador en el Congreso de Fundraising de Europa del Este. Ahí dicté un taller, una Master Class junto a Bernard Ross, Maria Ros Jernberg y Colin Delaney, y estuve a cargo del plenario del cierre. Les estoy muy agradecido a Eduard y Katarina, de Slovak Fundraising, porque fue una gran experiencia.
Un mundo con un fundraising totalmente diferente del latino…
No tanto. Europa del Este y Latinoamérica tienen más en común de lo que a simple vista se puede percibir. Por ejemplo, el origen bastante reciente de su fundraising profesional, unos 25 años. En Eslovaquia, Polonia, República Checa y Hungria, que tienen el mismo marco histórico, ese origen coincide con la caída del Muro de Berlín. Tanto a ellos como a nosotros nos falta todavía recorrer camino en lo que hace a plataformas de pago, en nuestros CRMs, en la construcción de capacidad operativa, en la oferta de proveedores especializados…
¿Y desde lo positivo? ¿Qué nos une?
Ah, de todo. Desde lo positivo compartimos una energía, una especie de idealismo que nos hace avanzar sin pereza y con creatividad. Porque tanto ellos como los latinos vivimos el fundraising como cambio social, diferente del concepto que le da un tinte de industria o comercialización, más propios del fundraising sajón, que tiene más años. Los eslavos son idealistas y soñadores, los mueven las ganas de cambiar las sociedades, el impulso de involucrar a la gente a comprometerse a través de donaciones. Y esa es la misma energía que se siente en España, México, Brasil, Colombia… en todos los países de Latam.
Gracias, Marcelo.