Esta nota de Santiago Bilinkis apareció originalmente en el diario La Nación.
Antes de leer lo que sigue te invito a pensar por un momento en la pregunta del título: ¿qué harías si estuvieras entre el 20% más rico del planeta? Si estuvieras en esa posición de privilegio, ¿cambiarías algo del tiempo y el dinero que destinás a ayudar a algunos de ese 80% que está en una situación menos favorable que la tuya?
Quiero ahora contarte sobre un estudio realizado por Elizabeth Dunn y Michael Norton de la Universidad de Harvard. Ellos encuestaron a un grupo representativo de la población estadounidense y les preguntaron acerca de sus gastos y su nivel de felicidad. Sorprendentemente -o no tanto-, encontraron que, superado cierto nivel de necesidades básicas cubiertas, no había relación entre el monto que gastaban en sí mismos y el nivel de felicidad que tenían. Pero la mayor sorpresa no era esa: quienes en vez de consumir elegían gastar su dinero en los demás sí mostraban correlación. Cuanto más destinaban a ayudar a otros, más felices resultaban en promedio.
Sin embargo, la existencia de correlación no alcanza para demostrar causalidad. Por eso realizaron un segundo experimento en el que formaron dos grupos de voluntarios y les entregaron un sobre con dinero. A una mitad les indicaron que gastaran el dinero ese mismo día en sí mismos. A la otra que los gastaran en cosas para otros. Al final de la jornada les preguntaron cuán felices se sentían. Y confirmaron el resultado anterior.
Lo curioso es que la mayoría de nosotros desconocemos esta característica de nuestra propia felicidad. Al preguntar a un grupo grande de personas qué creían que los haría más dichosos, la mayoría opinó que sería el gasto personal. Y nuestras decisiones de consumo cotidianas suelen estar alineadas con esta creencia errónea.
Es momento ahora de volver ahora a la pregunta inicial. ¿Pensaste ya qué harías si estuvieras entre el 20% más rico del planeta? Aunque no lo creas tal vez es momento de que te plantees realmente ese interrogante.
Una abrumadora parte de la humanidad es mucho más pobre de lo que creemos. Existe una página en Internet creada por la ONG británica Care que permite ingresar el monto de tus ingresos anuales y utiliza datos del Banco Mundial para decirte en qué porcentaje de la población más rica estás. Los resultados son impactantes: si tu ingreso mensual supera los U$S 558 mensuales (en la Argentina de hoy unos $ 8650), ¡estás entre el 20% más rico del mundo! Si tenés la suerte de ganar U$S 1140 ($ 17.700), nueve de cada diez personas son más pobres que vos. ¡Y si llegás a los U$S 2700 ($ 41.900) estás dentro del 1% más rico del mundo! Aún cuando no seas millonario o millonaria, seguramente estés mucho mejor en relación con el resto de la humanidad de lo que creías.
En la Argentina no existe una cultura fuerte de filantropía. Pero si tenemos la suerte de tener agua potable y cloacas, si habitamos casas con piso y techo de material, si tenemos acceso a cobertura médica, si pudimos recibir una buena educación, si no pasamos hambre ni frío y tenemos trabajo, somos personas extremadamente afortunadas. Personas en una posición inmejorable para ayudar a quienes no han tenido tanta suerte como nosotros.
Ahora que quizá descubriste que sos de las personas más afortunadas del planeta, te invito a pensar si hay algo que querrías hacer distinto. Y, de acuerdo con el estudio de Harvard, si tu decisión es ayudar más, aparte de dar satisfacción a otros seguramente también te descubras más feliz como resultado.
- Autor: Santiago Bilinkis
- Fuente: La Nación